Retroalimentación para educar pacientes

 La buena práctica médica se ha visto afectada principalmente por el problema de la mala comunicación entre profesionales de la salud y sus pacientes. La mayoría de las quejas por parte del público, están relacionadas con los problemas de comunicación. Interacciones que si bien es cierto, pueden permitir al médico conocer la enfermedad, pero no el correcto conocimiento por parte del enfermo.

Muy pocas visitas con los médicos incluyen la educación de los pacientes, y gran parte de ellos, no entienden o recuerdan sobre su diagnóstico y tratamiento. Lo cual en ocasiones despierta la ansiedad u otro malestar psicológico originado por la falta de información o entendimiento sobre su caso.

El ejercicio de la efectiva comunicación profesional con su paciente, debe fomentarse y orientarse desde los inicios de la formación del profesional, ya que requiere de una guía y una evaluación para llevarla a cabo; no basta en confiarse de la experiencia que vaya ganando el profesional de salud a medida que ejerza la carrera, ya que, no se mejora de forma fiable y además se estaría dando la posibilidad de originar prácticas deficientes, las cuales derivarían en malas experiencias y la desconfianza por parte del paciente.

Los profesionales de salud deben ser capaces de comunicarse efectivamente y tener dominio de ciertas habilidades que le permitan dirigirse de manera correcta hacia el público al que atiende. Capacidad para tomar la información, hacer las preguntas pertinentes, una manera adecuada de emitir malas noticias, la paciencia para la educación del paciente.

Sobre este último aspecto, es de suma importancia que se cuente con la habilidad necesaria para el entendimiento y comprensión de cada persona hacia su caso diagnóstico, ya que será impulsor del debido cambio de conductas para su tratamiento, sanación y prevención.

Uno de los problemas que se encuentra con relación a la educación del paciente, es la falta de retroalimentación. Los profesionales asumen erróneamente la información manejada de la otra persona, o mencionan de forma efímera las causas de su dolencia y pasan directamente al tratamiento, generando angustia y dudas. Ocupándose de tratar a la enfermedad, más no al paciente.

La retroalimentación es una herramienta educativa fundamental que es óptimo sea empleada siempre en la enseñanza - aprendizaje, consiste en generar procesos de revisión y autorreflexión, para reforzar el conocimiento, corregirlo o complementarlo, favoreciendo la comprensión e interiorización de conocimientos. Estos procesos de autorreflexión deben realizarse oportunamente y de forma constante al momento en que se lleva a cabo la enseñanza - aprendizaje, con la principal participación de la persona que está siendo capacitada junto con la orientación de su capacitador.

Existen diversos tipos, metodologías y secuencias para una retroalimentación, que son aplicados en la práctica educativa docente con su alumnado; entre ellas hay una en particular que encaja adecuadamente si la extrapolamos a un escenario de conversación clínica. Hablamos de La escalera de la retroalimentación, que consta de 4 pasos: aclarar, valorar, expresar inquietudes y hacer sugerencias.

 1. Aclarar:

Cuando una persona se expresa verbal o no verbalmente, en ocasiones, la información recibida no es lo suficientemente clara o requerimos una cantidad relativamente mayor para emitir posteriormente un diagnóstico, por ello es importante aclarar a través de preguntas que permitan entender mejor algunos puntos o que den a conocer ideas que no se han expresado. Ejemplo: “Entonces, lo que quiere decir es que…”, “Usted sintió una fiebre el primer día, y luego… ¿correcto?”.

2. Valorar:

Este punto es demostrador de empatía y confianza hacia la otra persona, al hacer énfasis en los puntos positivos, en las fortalezas, aspectos interesantes y en los comentarios honestos del actuar de otra persona, se crea un clima de confianza necesario. Las emociones positivas que se generan mediante esta acción, cumplen un papel importante para la retención de información del paciente y el cumplimiento de su tratamiento. Ejemplo: “Hizo bien en venir cuanto antes”, “Gracias por su honestidad, será clave para ayudarla”.

3. Expresar inquietudes o dudas:

La comunicación es un acto de transferencia de información constante y de manera mutua, en la cual, pueden surgir inquietudes, tales como preocupaciones, dificultades con algunas de las ideas emitidas y recibidas. En este paso de La escalera de la retroalimentación es el momento donde necesitan manifestarse tales inquietudes, no en forma de acusaciones ni críticas agresivas, sino como preguntas a modo de duda y sin suponer. Por ejemplo “¿Ha considerado....?”, “¿Me pregunto si lo que quieres decir es....?”, “¿Tal vez ya pensó acerca de esto, pero....?”, “¿Cuáles son las causas que me originaron …?”

4. Hacer sugerencias:

Como último paso de este método para la retroalimentación, se encuentra el de hacer las respectivas sugerencias, que en un escenario clínico podríamos entenderlo como la explicación del tratamiento; previamente habiendo emitido un diagnóstico, el cual fue formado al tomar en cuenta los puntos anteriores que permitieron conocer la situación del paciente de forma integral, además de los respectivos análisis y exámenes necesarios (dependiendo de cada caso) se da a conocer el tratamiento adecuado, así como las sugerencias y medidas para poder sobrellevarlo de forma óptima.

La retroalimentación empleada en un contexto clínico de interacción entre profesional de salud y paciente, jugaría un papel clave en el esfuerzo contra la mala comunicación entre dichos agentes, ya que aportará a que el paciente no carezca de información y un mejor estado psicológico por ello.

En los últimos años, el ejercicio de las carreras médicas, han mostrado una deficiente capacidad comunicativa y de transferencia de conocimientos, creando emociones de insatisfacción del paciente. En ocasiones, dicha deficiencia es originada por la falta de empatía y ausencia del enfoque biopsicosocial, sin embargo, también puede ser ocasionada por cuestiones en su formación que no permitieron tener una guía correcta de cómo llevar a cabo la adecuada comunicación.

Por tal razón, es óptimo una formación del médico para la educación del paciente, que permita escuchar, entender y comprender cada caso, así como explicárselo.

La retroalimentación actúa como pilar de dicha educación; y con la metodología de La escalera de la retroalimentación por medio de sus 4 pasos, permiten la aclaración de conceptos recibidos por la escucha activa; la valoración del actuar del paciente, que mostrará respeto y emociones positivas para la confianza; el expresar inquietudes, para no dejar escapar los detalles y tener un panorama más amplio y claro; y por último el hacer sugerencias junto con emitir o reiterar el tratamiento.

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