¿Qué tan importante resulta la formación en competencias comunicativas durante el pregrado en el desempeño del profesional de salud?
Por: Henry Raúl Diburga Rivera
Durante
gran parte del siglo pasado, las competencias clínicas básicas incluidas dentro
del modelo pedagógico educativo para estudiantes de ciencias de la salud
comprendían únicamente tres elementos: conocimiento clínico y técnico, examen
físico y resolución de los problemas médicos. (Moore, 2012). Se podía
evidenciar un vacío en el desarrollo de habilidades comunicativas dentro de
dicha lista. Esta ausencia estaba fundamentada en el pensamiento de muchos
médicos, quienes consideraban que la comunicación era una habilidad innata y
propia del profesional, aseveraban que esta no se podía aprender, por lo que su
enseñanza no sería posible. A pesar de muchas negativas, existieron varios
intentos de introducir la enseñanza de habilidades comunicativas en la malla
curricular de las facultades de medicina, sin embargo, estas fueron rechazadas
por sociedades mayoritarias en contra de tales iniciativas. En consecuencia, la
aplicación de dicha área de estudio en la educación universitaria ha sido muy
discutida, hasta el punto en que su uso se ha limitado a las decisiones de los
especialistas correspondientes a cada centro educativo en ciencias de la salud.
Por medio del presente ensayo se
busca analizar la utilidad que tiene la formación en competencias comunicativas
del estudiante de ciencias de la salud para un futuro en que estos aprendizajes
sean necesarios para su desenvolvimiento como médico, específicamente determinar
si resulta fructífera o sea todo lo contrario. Con el fin de analizar
correctamente la productividad de la pedagogía planteada, se traza la siguiente
interrogante: ¿Qué tan importante resulta la formación en competencias
comunicativas durante el pregrado en el desempeño del profesional de salud? Para poder responder a la pregunta, se fundamentará en dos
argumentos la validez de la tesis planteada. El primero está relacionado con los
beneficios que nos brinda la inclusión de la comunicación como curso en la
universidad; mientras que el segundo, se encuentra centrado en las condiciones
impuestas por el uso de tal estrategia. Llegando, a la afirmación que la
formación de competencias comunicativas durante el pregrado resulta fundamental
en el desempeño de un profesional de salud.
En
primer lugar, el desarrollo precoz del estudiante de salud en sus habilidades
de comunicación asevera múltiples beneficios en su desempeño profesional, aquí
se resalta el impacto positivo que presenta el roce temprano del alumno con ciertos
alcances sobre cómo mejorar la fluidez de sus consultas. “La
mayor parte de la información diagnóstica esencial surge de la entrevista, y
las habilidades interpersonales del médico también determinan en gran medida la
satisfacción y el cumplimiento del paciente e influyen positivamente en los
resultados de salud”. (Simpson et al,
1991). En base a la cita anterior, podemos afirmar que la importancia que tiene
una buena instrucción del médico en sus habilidades comunicativas, se encuentra
sustentada en la buena calidad de servicio que se brindaría en caso se dé
adecuadamente. De esta manera, tanto médico como paciente se ven claramente
beneficiados; por parte del paciente, este puede sentirse más reconfortado
dentro del diálogo, confía más en las palabras del médico, lo cual beneficia
bastante la efectividad del tratamiento que se encuentre llevando; por otro
lado, el médico puede sentirse tranquilo con el trabajo que realiza con el
paciente, evita inseguridades y errores de interpretación y ejecución durante la
consulta, a la vez que forma una buena imagen profesional, a nivel personal
como en general para todos los profesionales de salud. En resumen, se puede
inferir con claridad que la adquisición de una mayor capacidad comunicativa confiere
mayor confianza, seguridad y capacidad de análisis al médico en favor de su
paciente.
No obstante, la aplicación de dicha
estrategia supone cierta dificultad para el estudiante, más que nada debido a la
correcta ejecución que requiere una adecuada comunicación con el paciente. La
motivación predominante en estudiantes de ciencias de la salud fue impulsada
factores externos, lo que expresa que la comunicación con los pacientes y
familiares, no buscan principalmente brindar bienestar, apoyo, comprensión,
orientación e información adecuada al paciente, sino la necesidad relacionada
con el ansiado prestigio social, asociados a esta profesión, o para un
beneficio personal relacionado con la búsqueda de la aprobación de algún
profesor, de una buena evaluación o temor al fracaso. (Alonso et al, 2003). En base a la paráfrasis anterior, podemos
afirmar que estas dificultades retrasan bastante el perfeccionamiento y mejora
en la comunicación médico-paciente. Lo
mencionado implica que la posible adición de un curso centrado en la enseñanza
de capacidades comunicativas, se realice en conjunto con materias enfocadas en
la forja del buen carácter, ceñido a la práctica de acciones éticas y siempre en
la búsqueda del bien común. En síntesis, resulta complejo lidiar con las
dificultades que conlleva la inclusión de capacidades comunicativas dentro del
currículo universitario, por lo que se debe procurar acompañar dicha enseñanza
con cursos que lleven por buen camino la solidaridad y empatía características
de la vocación médica.
En conclusión, como resultado del
análisis realizado acerca de la cuestionada productividad de la comunicación
dentro de la educación universitaria en ciencias de la salud en los primeros
años del pregrado, reafirmo mi posición
en favor de dicha estrategia pedagógica. Esta aseveración se
encuentra sustentada en el gran carácter benéfico del desarrollo del alumno en
sus habilidades comunicativas y expresivas, que a pesar de las dificultades que
acarrea, resulta fundamental en su relación futura con los pacientes, si su
aplicación es realizada de la mejor manera posible. A pesar de las opiniones
divididas, esta estrategia brinda ventajas reales al estudiante que le serán de
mucha utilidad durante su vida como un profesional de la salud, inherentemente
al área en que se especialice. Como mensaje final, se debe asegurar un buen
futuro para el área médica en el Perú, una educación integral es fundamental
para el desarrollo del profesional en todos sus aspectos, es de mucha ayuda
para la obtención de una mejor valoración del paciente de esta importante
profesión.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS:
Alonso,
M; Kraftchenko, O. (2003) La comunicación médico-paciente como parte de la formación éticoprofesional de los
estudiantes de Medicina. Rev Cuba Educ
Med Super 2003; 17(1):38–45.
Moore,
P; Gómez, G; Kurtz, S. (2012) Comunicación médico-paciente: Una de las competencias básicas pero diferente.
Aten Primaria 2012; 44:358– 365.
Simpson, M; Buckman, R; Stewart, M; Maguire, P;
Lipkin, M; Novack, D; Till, J. (1991). Doctor-patient
communication: The Toronto
consensus statement. BMJ
1991; 303(6814):1385–1387.
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