¿ES NECESARIO LA RETROALIMENTACIÓN EN LA EVALUACIÓN DENTRO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR?

 

¿ES NECESARIO LA RETROALIMENTACIÓN EN LA EVALUACIÓN DENTRO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR?

AUTOR: Nicole Senshi Condor Isidro

Debido a la pandemia que se enfrenta en todo el mundo, la educación tuvo que cambiar en algunos aspectos, un caso fue que las clases se cambiaron de presencial a virtual. Pero las metodologías de enseñanza que motivaban a una educación formativa, no cambiaron y aún más en los centros de educación superior donde se forma a los futuros profesionales del país. Uno que siguió prevaleciendo en algunos centros educativos fue la retroalimentación, que es pieza fundamental en los procesos de evaluación y de enseñanza. La retroalimentación es necesario en la formación profesional ya que permite brindar información al estudiante de su aprendizaje y poder ver si estamos en un buen camino hacia un aprendizaje profundo. Entonces es necesario que esta metodología se aplique en la evaluación en los centros de educación superior y que con cumplan con todas las características que se necesita para una retroalimentación correcta. Ya que son muchas los beneficios que brinda la retroalimentación tanto en el estudiante como al docente en su enseñanza.

La educación formativa está orientada al aprendizaje de los estudiantes, donde ellos puedan realizar un aprendizaje profundo donde ellos sean capaces de plasmar a la realidad los conocimientos adquiridos. Entonces si se realiza un aprendizaje para aquello también se necesita una evaluación formativa en los centros de educación superior, y que esto se implante desde los primeros ciclos, ya que una evaluación acertada determina como los estudiantes vamos a estudiar y luego como nos desempeñaremos en nuestro futuro ámbito profesional. Un punto clave para la evaluación formativa es la retroalimentación. Esta metodología es definida por varios autores, pero la definición que más destaco es el de Ramaprasad (1983) que conceptualiza la retroalimentación como la información respecto a la distancia dada entre el nivel actual y el nivel de referencia de un parámetro del sistema utilizado para modificar dicha brecha. Esta metodología de aprendizaje no solo debería ser realizado por los docentes hacia los estudiantes, sino que también la retroalimentación debería ser brindada por parte de los alumnos a los docentes. Ya que si esta metodología se realiza así nos permite analizar las percepciones de estudiantes como respuesta a la retroalimentación y también resulta valioso sentir las opiniones de los estudiantes y así el profesorado pueda ajustar y mejorar su enseñanza. Es verdad que su eficacia no depende únicamente del docente, puesto que, para que sea incorporada, es necesaria una actitud de parte del estudiante que lo inste a apropiarse de la información y tomar aquello que le ayude en su aprendizaje. 

El desafío en la educación universitaria está en alcanzar la calidad del aprendizaje y hacia ello aporta la retroalimentación efectiva, en la medida que genera espacios para mejorar el desempeño y promover un rol más activo del estudiante en su proceso de aprendizaje. En una retroalimentación correcta, las palabras que debe brindar el quien la emite, para calificar un trabajo, deben ser guiadas a que el quien lo recibe pueda tomarlo como una incitación a mejorar en su desempeño. Una de las palabras que no se debe utilizar en la retroalimentación es “incorrecto” o “error”, ya que, si queremos mencionar al estudiante que su trabajo o desempeño tiene algunos aspectos que necesitan ser revisados, la palabra que se podría utilizar es “por mejorar”, ya que el estudiante sabrá que necesita mejorar su desempeño, y tomara la retroalimentación de una forma reflexiva y no negativa. Y también es necesario que, si al observar un trabajo o desempeño de los estudiantes notamos que esta bien realizado y que muestra aspectos importantes en el trabajo, se debe resaltar y brindar una retroalimentación, que muestre que el resultado es positivo, así los estudiantes podrán sentir que están realizando bien su aprendizaje. La retroalimentación nos brinda distintas ventajas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, algunas de ellas son que se comparte inquietudes y sugerencias para conocer el desempeño y mejorar en el futuro, además de potenciar e invitar a los estudiantes a la reflexión. Pero también es necesario que el estudiante sea capaz de comparar su desempeño actual con un estándar de un buen rendimiento y tome medidas para mejorar. Una retroalimentación funciona si los estudiantes lo aceptan, porque si no somos capaces de aceptar la retroalimentación que nos brinde el docente, no podremos tener un aprendizaje correcto y ello llevará que no nos desarrollemos académica ni personalmente. Los estudiantes pueden usar la retroalimentación para poder analizar las fortalezas y dificultades de su desempeño, pero para ellos es necesario que los estudiantes se comprometan y presten atención a la información que brinda el docente en la retroalimentación. Y así luego pueda analizar todo y poner en práctica la retroalimentación tanto en su aprendizaje o en la autoevaluación. También esta metodología ayuda que el estudiante adquiera un papel más activo y central dentro de su proceso de aprendizaje, ya que lo ayuda a observar su desempeño y ser consciente de lo que aprende. Y con todo aquello permite que el estudiante se vuelva más autónomo reflexivo de su propio trabajo, así como el planteamiento de una ruta apropiada para mejorar su desempeño (Valdivia, 2014). 

Son muchas las investigaciones que se realizaron para demostrar si es verdad la eficacia de la retroalimentación, uno de ellos es el que se realizó en instituciones educativas  de  educación  superior  pedagógica  de  gestión pública y privada de Lima, por la revista de investigación científica y tecnológica “Llamkasun”, donde los resultados fueron que la gestión de la retroalimentación asertiva  en  el  contexto  de  la  enseñanza remota  presenta  características  similares, y que en la investigación realizada sobre retroalimentación  se corroboró la importancia que esta tiene en el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes (Usquiano y Cuadros, 2021).También rescato otro estudio donde  presenta los resultados de una investigación-acción centrada en el análisis de los procesos de retroalimentación entre estudiantes y profesores entendidos desde una comprensión de la evaluación como aprendizaje, donde las cartas de retroalimentación permitieron promover procesos de evaluación globales, complejos y auténticos, y por tanto, aprendizajes profundos, relevantes, más allá de los meramente estratégicos y desde la perspectiva del profesorado-investigador se señalan las contribuciones de este proceso al análisis, reflexión y mejora de su práctica docente, y por tanto, de su propio desarrollo profesión (Canabal y Margalef, 2017).

En conclusión, son muchos las ventajas que otorga la retroalimentación en una evaluación formativa, y que esto se de forma reciproco entre alumnos y docentes, y no sea algo exclusivo de los profesores, favorece de gran forma el aprendizaje y la enseñanza. Entonces lo que falta es que esto se integre en los cursos desde el primer ciclo de la educación superior, ya que es necesario que desde los primeros años los estudiantes puedan tener un aprendizaje profundo y así tener una buena formación profesional. La tarea que queda pendiente es la revisión dentro de nuestra propia práctica de cómo brindar retroalimentación, si esta responde a un fin formativo y darle el valor que se merece.

 

REFERENCIAS:

 1.   Canabal, C., & Margalef, L. (2017). La retroalimentación: la clave para una evaluación orientada al aprendizaje. Profesorado, Revista de curriculum y formación del profesorado, 21(2), 149-170.

2.     Valdivia, S. (2014). Retroalimentación efectiva en la enseñanza universitaria. En Blanco y Negro, 5(2).

3.     Usquiano, E. D. R. B., & Cuadros, M. J. L. (2021). Retroalimentación asertiva en un contexto de enseñanza a distancia como producto de la COVID-19. Llamkasun, 2, 64-79.

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