El círculo vicioso de la anemia en el Perú
La metodología de enseñanza a lo largo del tiempo ha ido variando drásticamente. Desde la famosa frase “La letra con sangre entra” hasta la actualidad donde el alumno es el protagonista de su propia educación. Pero cuando nos referimos a alumnos no implica solo niños o jóvenes, sino cualquier persona sin importar su edad. Cada día aprendemos algo nuevo, y dependiendo de como es que llega a nosotros ese conocimiento va a significar que sea un aprendizaje profundo o no. Y es aún más importante cuando los temas que aprendemos se relacionan al cuidado de otro ser humano, como es el caso de los padres de familia. La formación de ese pequeño ser humano recae en el hombro de sus progenitores, y es su deber brindarle la mejor alimentación para que pueda desarrollarse adecuadamente. Lamentablemente, en muchos casos por desconocimiento, los padres no conocen los requerimientos nutricionales que necesitan sus hijos y esto les trae problemas en su crecimiento. En nuestro país, uno de los mayores problemas que afrontamos es la anemia infantil y que aún con todos los esfuerzo e intervenciones del Ministerio de Salud, sigue habiendo cifras considerablemente altas. Por ello, la educación para la salud en los servicios y programas de salud para la prevención o reducción de la anemia en el país no es completamente efectiva porque esta relacionado a la pobreza y falta de educación, y además no hay un seguimiento constante por parte del personal de salud encargado. A continuación, se presentarán los argumentos que apoyen y refuercen la tesis.
Como es bien sabido, los índices de pobreza en nuestro país son sumamente altos afectando al 30,1 % de los pobladores según el INEI. Es justamente la pobreza una de las manifestaciones mediante la cual se expresa la anemia por las desigualdades que existen en nuestro país. Peor aún después de haber atravesado por una pandemia la cual hizo que se decretara una paralización de la gran mayoría de actividades económicas. Esto, sumado la falta de educación hacen que nos encontremos frente a un círculo vicioso, ya que es un ciclo que se repite una y otra vez. Este es un hecho que se evidencia a través de los porcentajes de prevalencia de anemia según el nivel de educación de la madre el cual nos indica un 47,3 % con una madre sin nivel de educación o solo con educación primaria frente a un 33.3 % con una madre con educación superior en el primer semestre del año 2022, según el INEI. Toda la familia se ve obligada a trabajar para poder alimentarse muy precariamente y eso evita además de que las madres puedan asistir a un centro de salud frecuentemente a recibir los suplementos nutricionales para sus hijos.
Si bien es cierto que el Ministerio de Salud ha demostrado que ha habido una mejora en la prevalencia de la anemia en el país, no es suficiente ya que estos índices a nivel mundial continúan siendo unos de los más altos. Según la Organización Mundial de la Salud el 42 % de niños menores de 5 años sufre de anemia en todo el mundo, cifra que superamos muy por encima en algunos de los departamentos de nuestro país. Por ejemplo, en Puno la situación es muy alarmante debido a que es el departamento con mayor prevalencia de anemia infantil con un 70,4 %, seguido del departamento de Ucayali con 60, 8% en el año 2021, según el INEI. Si bien el personal de salud se encargada de capacitar a las madres para que puedan agregar los suplementos nutricionales a los alimentos de sus hijos, no hay un seguimiento permanente que asegure de que efectivamente los estén realizando correctamente. En realidad, existen muchos factores que influyen en esta realidad, pero uno de los que se consideran más importante es la lejanía de las viviendas principalmente en la sierra y selva de nuestro país. En muchas ocasionas los profesionales de la salud deben de viajar por varias horas hasta poder llegar a ciertos pueblos o comunidades que están muy alejadas del centro y es de muy difícil acceso. Esto sumado a la falta de comunicación debido a la precaria comunicación debido a la localización del lugar obstaculizan el monitoreo y seguimiento para la efectividad de administración de suplementos nutricionales.
Por los argumentos previamente expuestos, la educación para la salud en los servicios y programas de salud para la prevención o reducción de la anemia en el país no es completamente efectiva porque está relacionado a la pobreza y falta de educación, y además no hay un seguimiento constante por parte del personal de salud encargado. Somos un país con un alto índice de nivel de pobreza y falta de educación, dos factores importantes para contribuir a erradicar la anemia infantil y, sin embargo, no se pueden solucionar y por ello caemos en un ciclo repetitivo. Por otro lado, el personal de salud encargado de capacitar a las madres se enfrente a muchos obstáculos debido primordialmente, a la lejanía y difícil acceso a los pueblo o comunidades de la sierra y selva de nuestro país. Es importante también recalcar que contribuye también la falta de personal en estas zonas alejadas de las ciudades, por lo que es necesario concientizar a las personas del déficit de profesionales de la salud en los otros 23 departamentos del Perú.
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